Acebo, la planta de Navidad

El acebo (Ilex aquifolium L.)es una planta muy común en la Europa central y del norte aunque cuenta con muchas especies repartidas por todo el mundo. Se trata de un arbusto de hoja perenne que se encuentra sobre todo en zonas sombreadas en bosques de robles o hayas, en algunos como elemento dominante formando arbustos sobre todo en las zonas montañosas. Cuando crece sin trabas puede llegar a ser tan alto como un árbol. Las hojas son coriáceas y duras, de un brillante color verde, las flores blancas y los frutos rojos. Dichos frutos son tóxicos, vomitivos y purgantes en los humanos y en niños puede producir la muerte. También es tóxica en perros y gatos.

Las bayas de acebo contienen alcaloides: cafeína y teobromina; ilicina, saponinas, ácido cafeico y un pigmento amarillo la ilixantina. Las bayas son eméticas (vomitivas), posiblemente debido al compuesto ilicina. En la medicina tradicional, se ha considerado que el acebo es diurético, febrífugo y laxante, aunque se desaconseja su uso por su toxicidad.

En la terapia floral de Edward Bach, se utiliza el Holly (Acebo) para un estado emocional descrito por el Dr. Bach:

«Para aquellos que a veces son atacados por pensamientos como los celos, la envidia,

la venganza y la sospecha. Para las diferentes formas de aflicción. Estas personas en su

interior pueden sufrir mucho, a menudo cuando no hay una causa real para su infelicidad «.

 

En la antigua fiesta escandinava de Júl o Yule, que se celebra con esplendor y magnificencia en el solsticio de invierno del 21 de diciembre al 1 de enero en diversos países nórdicos, se conserva la costumbre de colgar ramas de acebo, tanto dentro del hogar como también fuera de la casa, para protegerla de influencias negativas.

El acebo también estaba colgado en las casas de la antigua Roma, durante las fiestas Saturnales que empezaban el 17 de diciembre y se alargaban durante una semana y en la que se celebraba el solsticio de invierno. El último día de las fiestas dedicadas a Saturno se llamaba Sigillaria, y  se dedicaba a hacer regalos a los familiares y amigos.

El acebo ha conservado su uso como adorno y para dar un cariz festivo en las fiestas navideñas. Es una planta protegida en muchas comarcas debido a que sus bayas sirven de alimento a diversos animales, con lo que está prohibido recogerla y los ejemplares que se encuentran en el comercio deben ser de cultivo.

Los estorninos están asociados con estos arbustos, ya que durante el invierno se alimenta con  los frutos de esta planta. Una leyenda sobre el acebo dice que este arbusto surgió de las huellas de Cristo y que es por eso que le llaman el Árbol Sagrado o Espina de Cristo; las hojas puntiagudas representan la corona de espinas y las bayas rojas y brillantes significan la sangre de Cristo.

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