El poder de los mirtilos

El arándano (Vaccinium myrtillus L.) es una baya silvestre con una larga tradición en Europa como alimento y como planta medicinal. Los arándanos se cosechan, especialmente en las zonas norte y este de Europa. En la Península Ibérica, el cultivo de arándano se centra en el norte, donde las temperaturas son inferiores a los 25-30 grados para que con temperaturas superiores, la planta se secaría. Por tanto, no es una planta viable en el clima mediterráneo o continental. Por esta razón, las principales zonas de cultivo se encuentran en Asturias, Galicia y País Vasco.

Es un vegetal de poco crecimiento, originario del norte y del centro de Europa aunque también se encuentra en partes de Norteamérica y Asia. Es un pequeño arbusto caducifolio perenne con esbeltas ramas que surgen de un rizoma rastreando. Las hojas son de color verde brillante y las flores son globulares y cerosa con pétalos de color verde pálido o rosado. Las bayas son de color negro azulado, globosas con carne pigmentada de color púrpura y semillas de color rojo amarronado, y ocasionalmente cubiertas con una floración gris. Los frutos del arándano se presentan individualmente en las axilas de las hojas más bajas del brote vegetativo.

Estas bayas se encuentran entre las mejores fuentes de pigmentos de antocianina, principio activo que tiene múltiples propiedades beneficiosas para la salud. El contenido de antocianina en los arándanos es relativamente superior al de otros tipos de bayas, incluidas las fresas, los saúcos, las cerezas y las frambuesas. El contenido total de antocianinas de los arándanos oscila entre los 300 y los 700 mg por 100 g. Además de estas, los arándanos también contienen otros compuestos fenólicos y carotenoides, flavonoles (quercetina y catequina) y taninos. El ácido glutámico y la valina son los aminoácidos predominantes en los arándanos.

La principal acción de las antocianinas es el efecto antioxidante, que significa que puede prevenir o frenar el daño a las células causado por los radicales libres, moléculas inestables que el cuerpo produce como reacción a presiones ambientales y de otro tipo. Si el cuerpo no puede procesar y eliminar los radicales libres de manera eficiente, se puede producir estrés oxidativo. Esto perjudica las células y la función corporal. Los radicales libres también se conocen como especies reactivas de oxígeno.

Los factores que aumentan la producción de radicales libres en el cuerpo pueden ser internos, tales como la inflamación, o externos, por ejemplo, la contaminación, la exposición a los rayos ultravioletas y el humo de los cigarrillos. Otra propiedad muy importante es la de mejorar la circulación sanguínea y proteger los capilares sanguíneos (los vasos más pequeños del cuerpo humano), ayudando a evitar la rotura de los mismos, y la formación de telangiectasias (arañas vasculares). Hay fuentes que recomiendan los arándanos para la diabetes, y aunque se han hecho estudios varios aún no son suficientes para poder asegurar fehacientemente.

Otra acción importante es el antiséptica urinaria, combaten los gérmenes que pueden producir infecciones. Para obtener este efecto en varias afecciones como la cistitis se recomienda comer arándanos o tomar el jugo fresco. También se pueden hacer infusiones con las hojas de la planta y tomar tres veces al día para mejorar estas molestas urinarias.

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